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Partes de una bicicleta y sus funciones


Aunque la bicicleta sea la mejor amiga del hombre y prácticamente todo español tenga o haya tenido una en casa, todavía es posible encontrar a personas que desconocen algunas partes de una bicicleta y sus funciones. Por poner un ejemplo, a pesar de que ya hace varias décadas que las mountain bikes y sus tres platos empezaron a hacerse populares en nuestro país, aún hoy hay quien no acaba de tener claro qué combinación de platos y piñones debe accionar para ir lo más cómodo posible sobre la bici. También es importante conocer las partes de una bicicleta y sus funciones para ser capaces de solucionar pequeños problemas mecánicos (con frenos, cambios, radios, cadena…) que van a aparecer a lo largo de nuestras salidas.

En el presente artículo repasamos las principales partes de una bicicleta y sus funciones. Una lectura que será útil tanto a rodadores consolidados como a los recién llegados al mundo de las dos ruedas.

– Ruedas (y cámaras): Podemos usar bicis sin frenos, sin cambios… pero no sin ruedas. De ruedas de bicicletas hay de muchos tamaños y características. Su perfil será de hecho el que defina las características de la montura. En un extremo se sitúan las ruedas finas y ligeras con las que se equipan las bicicletas de carretera, que realizan un rozamiento menor. En el otro se hallan las mountain bikes, con ruedas más anchas y provistas de tacos, apropiadas para rodar sobre terrenos abruptos sin miedo a sufrir pinchazos constantemente.

En los últimos años se han puesto de moda entre las mountain bikes ruedas de tamaño superior al estándar de 26 pulgadas (las 27,5 y 29 pulgadas), que hacen la bicicleta más consistente en montaña o a campo abierto. A medio camino de las ruedas de mtb y de las que usan las bicis de carretera encontramos las de las bicicletas híbridas o incluso las de paseo.

– Manillar: La parte fundamental del tren delantero de una bicicleta es el manillar, ya que nos permite controlar la dirección que queremos tomar. Hay muchos tipos: desde el más sencillo y estrecho, conocido como manillar plano, que se usa para bicis tipo fixie, hasta el ancho y curvado de las bicis de paseo, pasando por los míticos de carretera, que pueden agarrarse hasta de tres formas distintas según el esfuerzo que estemos realizando. Las mountain bikes suelen acoplar cuernos en el extremo del manillar, un soporte extra para los esfuerzos realizados cuando pedaleamos sin apoyarnos en el sillín.

– Sillín: Del sillín no hay mucho que decir, salvo que hay que saber elegirlo para que nuestro recorrido en bicicleta no acabe siendo una tortura. Casi nada, pues. Los más estrechos y ligeros se usan en bicicletas de competición en carretera, mientras que en bicicletas que suelen desarrollar velocidades moderadas, como las bicis de paseo, suelen ser más anchos para primar la comodidad. Los materiales que se usan para construir un sillín son muy variados.

– Cadena: Este elemento de la bici, al margen de ensuciar con grasa nuestra indumentaria el día menos pensado, transmite la acción de nuestro tren inferior sobre los pedales y lo convierte en movimiento, ya que los platos están enlazados con los piñones de las ruedas traseras con una cadena. Es necesario que mantengamos la cadena siempre limpia y ligeramente engrasada para garantizar el buen comportamiento general de la bici y un correcto funcionamiento de los cambios de marchas en particular.

– Cambios: Los cambios son una de las partes de una bicicleta que más quebraderos de cabeza dan a los usuarios de una mountain bike o de una bici de carretera. Que viene una subida, pues pongo plato pequeño; que quiero correr más, pues pongo el plato grande… ¡Ojalá fuera así de fácil! Los cambios no deben accionarse en función de si la carretera va cuesta arriba o cuesta abajo, sino en función del esfuerzo que seamos capaces de realizar sobre la bici. Se trata de ir escogiendo, mediante la combinación de platos y piñones, el desarrollo que nos permita llevar el pedaleo más cómodo posible, acorde con el esfuerzo que seamos capaces de realizar y la velocidad que queramos alcanzar. En las bicis de carretera, los cambios se accionaban con palancas situadas en la parte delantera del cuadro. Las bicis de montaña lo incorporaron en el manillar, sistema que usan ahora todas las bicicletas equipadas con cambios de marchas.

–Cassettes/ Piñones: La cadena une los platos delanteros con los que se montan en la rueda trasera, llamados piñones. Son más pequeños que los platos, si bien ambos están provistos de los llamados “dientes”, que sirven para enganchar la cadena. Las bicis con cambios van equipadas con piñones de diversos tamaños. La combinación de los platos y los piñones son los que ofrecen las velocidades de una bicicleta. Esto es, una de 24 velocidades tendrá 3 platos y 8 piñones.

– Radios: Quizás haya alguien que a estas alturas de la película, cuando hablamos de las partes de una bicicleta y sus funciones, se pregunte para qué sirven los radios. Estas varillas que unen el buje con la llanta son las que soportan la tensión que las ruedas reciben al circular. Los radios requieren de cierto mantenimiento, porque aunque no es habitual, con el uso pueden romperse o como mínimo perder tensión, lo que puede causar una oscilación de la rueda y llegar a rozar los frenos mientras la bici está en marcha. En casos muy particulares, las ruedas pueden no disponer de los típicos radios. Son bicis de uso profesional, que circulan por terrenos totalmente llanos: son las ruedas de bastones o las ruedas lenticulares, usadas hace unos años en la modalidad de contrarreloj.

– Frenos: Son un elemento de seguridad indispensable en las bicicletas. Tanto es así que incluso las bicis fixie, tan de moda en nuestras ciudades, van incorporando frenos tradicionales (al menos para una rueda) a pesar de que su sistema de frenos original es el contrapedal. Los frenos se accionan mediante unas manetas situadas en el manillar. Los dos formatos más comunes son los frenos de llanta (se activan con el roce entre ésta y unas pastillas habitualmente de goma) y los frenos de disco, que ejercen la presión sobre el buje. Estos últimos, que se ven menos afectados por elementos externos como el barro o el agua, se usan con frecuencia en las bicicletas de montaña.

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